miércoles, 18 de noviembre de 2015

hay momentos en los que la pizzería parece vaciarse, acallarse por algún tipo de pase mágico,
pero eso solo lo pienso yo porque es tal el maremágnum de gente que los mozos no tienen respiro.
van corriendo, golpeando vasos, pisando damas mientras los que llenaron su estomago de cálida argamasa con orégano, desaparecen rápido.
nunca se porque siempre pienso que es a mi a la que miran, por vestir soledad. por estar conmigo misma.
la mirada de los demás, sobreestimada , al acecho, aprieta los nodos justos de la conciencia.
me basta un vaso de moscato para crear mil fantasmas sobre la av. corrientes.
creo que ese es parte de mi don, de mi placer inigualable que debería de transformar en algo concreto para que los demás también puedan verlos (a los fantasmas)
vino generoso.
la copa que me alegra la noche, al igual que si un hombre bueno acallase mi pasión.





Guerrin 
9 de agosto del 2015







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